Sí: Los materiales emitidos durante las erupciones volcánicas pueden permanecer suspendidos en la atmósfera causando una filtración de la radiación solar y, consecuentemente, una reducción de la temperatura regional o global (dependiendo de la magnitud de la erupción); Sin embargo, dichos cambios de temperatura suelen ser inferiores a 1°C.
El dióxido de azufre y las cenizas que exhalan los volcanes son los dos compuestos con más potencial para modificar el clima. En el caso del dióxido de azufre, su combinación con vapor de agua puede formar una nube de pequeñas partículas de ácido sulfúrico que a su vez reflejan la radiación solar hacia el espacio, provocando, en última instancia, una disminución de la temperatura planetaria superficial. La emisión de grandes cantidades de ceniza volcánica puede provocar un efecto similar en la atmósfera pero los efectos de la ceniza son menos longevos que los del dióxido de azufre.
Estudios realizados alrededor de erupciones volcánicas concluyen que sus efectos en el clima no son dramáticos pues los cambios en cuestión ocurren a corto plazo. A pesar de ello, cabe mencionar que se podría generar un impacto importante sobre el clima si sucedieran, en un corto lapso temporal, una serie de grandes erupciones o bien una erupción de proporciones monumentales. Este fue el caso del evento de 1991 del monte Pinatubo: la actividad explosiva del volcán inyectó de 25 a 30 toneladas de dióxido de azufre en la estratósfera, lo que aumentó así el porcentaje de luz reflejada por la atmósfera y redujo las temperaturas globales de 0,5 °C, en promedio.
Fotografía tomada por Ingrid Abarca